Logo del centre d'educació infantil Un Món Màgic en Cerdanyola del Vallès
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Historia

Chelo, directora del centro Un món màgic en Cerdanyola del Vallès

La educación infantil debería ser una vocación. Y en mi caso así ha sido. Desde que era una niña, la ilusión por ver crecer a los más pequeños y ser capaz de acompañarlos a ellos y a sus familias en sus primeros años de vida hicieron que mis esfuerzos se encaminaran a ser Maestra de Educación Infantil.

El futuro de una educadora infantil pasa por las escuelas infantiles. Y así fue. Pasé por varias escuelas infantiles, tanto públicas para hacer las prácticas, como privadas, en Mollet, en Barcelona y en Cerdanyola. En Kidsco -Barcelona- pasé más de 7 años. Allí conocí a unas compañeras mágicas, y a pesar de ser unos años de duro trabajo, a día de hoy puedo asegurar que aprendí y crecí como maestra como en ningún otro sitio. Tras el nacimiento de mi hijo Marcos en 2014 y el peor año de mi vida profesional en una escola bressol, apareció a mediados de 2015 una de las mejores oportunidades que le pueden suceder a una maestra de educación infantil: crear su propio espacio. Fué una decisión difícil de tomar: crear algo es muy complicado y más en estos tiempos, pero el resultado obtenido y el trato recibido desde que informé que me marchaba hasta dos años después ha hecho que haya valido la pena. Aguanté hasta el final por mis familias, por mis niños y sus padres, y muchos también vivieron lo duros que me hicieron esos tres últimos meses y me agradecieron que no marchara a medio curso. ¿Si lo volvería a hacer? Pues probablemente sí, porque nunca he dejado una clase a mitad de curso ni creo que nunca pudiera hacerlo, porque hay que pensar en los niños, y un cambio a mitad de curso no es positivo para ellos.

Hasta que nació Un món màgic había vivido en todas las escuelas infantiles una educación reglada, que me ha enseñado cosas que comparto y cosas que no, cosas que quería para mi hijo y cosas que no quería. Y si lo quiero para mi hijo, lo quiero para mi vida profesional. Tras tantos años de experiencia no quería varias cosas para mi hijo, pero las más importantes eran:

- Que estuviera en una clase llena de niños. Siempre he pensado que tantos niños en clase era todo lo contrario a lo que quería porque no se les puede atender como debiera. Imagina por un momento que tuvieras hasta 20 hijos... ¿podrías cuidarlos y acompañarlos a todos como desearías? ¿podrías intentar inculcar los valores que consideras adecuados para su futuro?

- Que no tuviera espacio para disfrutar y jugar. No quería un patio que utilizaran treinta o cuarenta minutos al día, con suerte, de abril a octubre, y que el resto de las horas se las pasara encerrado entre las mismas cuatro paredes; cuatro paredes en las que haría las actividades, en las que jugaría, en las que comería, en las que dormiría,... tenía claro que no quería tener a mi hijo cerca de 2000h al año entre los mismos 25 o 30m2 para que estuviera 150h al año en un patio, por muy grande y bonito que fuera. Porque mi experiencia me ha demostrado que en invierno no se sale al patio, ni los días de lluvia... y que en junio y julio salir al patio a las cuatro de la tarde a más de 30 grados para que los padres vean allí a los niños, no es pensar en los niños. ¿Y si, por el contrario, pudieras disfrutar de una gran variedad de espacios y, además, pudieras ir cuando quisieras (y el tiempo te lo permitiera) directamente a la naturaleza?

Y así sucedió. Poco a poco fue naciendo Un món màgic, un espacio familiar y único en el que lo más importante son los niños, en el que les debemos acompañar en su crecimiento y su aprendizaje, en el que ellos nos marcan sus metas y sus ilusiones. Pero no nos debemos olvidar que los niños no son lo único importante. Para nosotros tanto padres, madres, hermanos, tíos, abuelos también lo son. Una relación basada en la confianza con las familias es la base.

Un "premio" a finales de 2015 dió un empujón a nuestro proyecto. El ayuntamiento de Cerdanyola y el Rotary Club nos hicieron finalistas en el concurso de mejores proyectos emprendedores.

Quienes somos

Educadoras de Un món màgic en Cerdanyola

A día de hoy el equipo lo formamos Nadia (Técnico Superior en Educación Infantil) y Chelo (Maestra en Educación Infantil). Tanto Nadia como yo tenemos una gran experiencia en el mundo educativo: ella más de 8 años de experiencia como educadora infantil y, en mi caso, más de 12 años de experiencia pasando por educadora y maestra. Y ahora, además de maestra, directora.

Ambas coincidimos en la Escola Bressol Kidsco en Barcelona hace ya más de 8 años y en 2017 nuestro camino se volvió a unir. Conocernos y saber cómo trabajamos hace que la confianza entre ambas sea un punto realmente muy positivo para el funcionamiento de Un món màgic. Sin duda, es muy importante tener como compañera a una persona con la que, sólo cruzar una mirada, sepas qué ha pasado, qué hay que hacer, o cómo hay que actuar en un momento dado. Y esto no es innato; es fruto del trabajo y de la experiencia y, por suerte, esto ya no lo tenemos que buscar. La forma de trabajar en la escola bressol en la que coincidimos en el pasado ha creado en nosotras un espíritu de trabajo, un orden y una forma de hacer las cosas muy parecida.

Trabajar a gusto y con personas que piensan en la educación infantil del mismo modo en que tú lo haces y valoran esta profesión, termina siendo beneficioso para todas las partes involucradas: niños, familias y nosotras. Y dada mi experiencia en el mundo educativo, es muy difícil de conseguir. Por suerte, nosotras lo tenemos.

Mi currículum lo podéis ver aquí

Misión, visión y valores

Todo proyecto debe tener una misión, una visión y unos valores. Estos han sido, son y serán los nuestros:

Misión. ¿Por qué existimos? En primer lugar, para ayudar a las familias que tienen hijos con hasta 3 años de edad a conciliar su vida laboral y personal. En segundo lugar, para intentar estrechar el vínculo entre padres e hijos haciéndolo con un proyecto de crianza respetuosa, intentando ayudar en todo lo posible para que la relación entre ambos sea única y especial.

Visión. ¿Qué queremos ser? Queremos ser la alternativa a las escuelas infantiles tradicionales, queremos cambiar la educación tradicional y ser la referencia como espacio de crianza respetuosa. Nuestro objetivo es conseguir el mejor proyecto gracias a la innovación, calidad y excelencia profesional, siendo referentes en actividades sensoriales y de experimentación, con el objetivo de mejorar los procesos de aprendizaje de los niños, consiguiendo la satisfacción tanto de los niños como de las familias.

Valores: nuestros valores definen quien somos:

  • Sinceridad: siempre os diremos qué pasa. Si tu hijo no ha comido o no se ha portado bien, ¿verdad que lo querrás saber?
  • Ilusión: ¿qué sería de esta profesión sin ilusión? Espacios de crianza, escuelas infantiles,... toda persona que forme parte de este mundo debe tener muchísima ilusión. ¡Eso nunca nos faltará!
  • Responsabilidad: VUESTROS hijos son NUESTRA responsabilidad... responderemos a vuestras expectativas.
  • Calidad: El amor es la mejor cualidad que cualquier escuela puede ofrecer. Por eso haremos las cosas de la mejor manera que sabemos. Y si no sabemos alguna cosa, pues la aprenderemos.

La enseñanza que deja huella no es la que se hace con la cabeza, sino con el corazón.